Desde mis no-vacaciones

Para combatir la opacidad y la dispersión que tienden a ascender por mis blogs cual moho por la ventana de una casa británica, voy a explicar simplemente qué tengo entre manos. O sea, esto es una entrada que responde a «y cómo le irá la vida a esta mujer, se habrá ido de vacaciones o qué», sin más.

Desde que me reduje la jornada laboral para sacar adelante los temas editoriales y avanzar con las cosas que escribo, he estado muy ocupada. Tanto, que a veces me he preguntado si lo de reducirme las horas laborales no habría sido un sueño. He terminado mi Máster de Edición, he hecho prácticas en una editorial y he estado haciendo cálculos para ampliar la producción y distribución de Café con Leche. Lo más difícil ha sido mantener un horario coherente, pero más o menos lo he conseguido.

Actualmente trabajo en varios proyectos:

– La novela erótica de piratas ¡Sí, mi capitana!, cuyo crowdfunding se celebrará en otoño. Aunque el texto ya está terminado y corregido, quedan un montón de cosas que cerrar: ilustraciones, maquetación, posible imprenta… incluso el tema del vídeo promocional, si es que encuentro tiempo para hacerlo. Y todas estas cosas implican hablar con gente. No hay nada mejor para una escritora huraña, yay.

– La antología de lobas y metamorfas para la colección bestofthebest. Seguimos recibiendo relatos, algunos de ellos de lo más interesante. Pinta estupendo, pero todavía queda el trabajo duro: la selección final (y hay tantos que es necesario repartirlos), el diseño de cubierta, la promoción, etc. Vamos, más temas administrativos y más hablar con gente, yay.

– Un proyecto de libro que está todavía en pañales. En realidad, esto se lo he propuesto a mi Sensei Editorial, pero la idea me gusta mucho y me gustaría verla cobrar forma de todas todas. Para ello, tengo que ponerme a traducir del alemán. DEL ALEMÁN. No suelo traducir del alemán y es un reto para mí, pero supongo que algún día debería demostrar que sé decir algo más aparte de Kuchen, porque para quienes no vivieran conmigo en Frankfurt, mi alemán sigue siendo una entelequia.

– En temas escritoriles, cuando tengo un rato escribo lo que viene a ser la segunda parte de Un pavo rosa. O más bien corrijo, porque buena parte ya estaba esbozado. ¿Recordáis esa bravuconada de «a mí no me cuesta escribir novelas«? Bueno, pues no es verdad. No me cuesta escribir ciertas novelas, pero algunas me cuesta terminarlas.

Un pavo rosa es una comedia juvenil en dos partes («actos») que llevo arrastrando ya varios años. Básicamente es Sugar Rush + Fucking Åmål + cierta inspiración horrorizada de las cosas que yo escribía cuando era adolescente. Hace tiempo rulé una versión preliminar del acto I entre mi círculo de conocidos y gustó bastante. Este año, aprovechando que mi compañera Ana quería leerla (y cumplió su amenaza dos veces), por fin he pulido, ampliado y dado carpetazo a esa primera parte. Mientras espero la opinión de un par de editoriales que la han tildado de «muy interesante» (tan interesante que debe de ser mejor mantener el misterio y no leerla), intento completar el acto II. De ahí que de vez en cuando me veáis quejarme en las redes sociales de rubias y de morenas que no hacen lo que se les dice o de partes que no encajan ni con SuperGlue.

– Hay otros proyectos que tengo en la recámara, como un par de guiones de cómic o, por qué no, un relato de vez en cuando. Pero a todo esto me cuesta encontrarle hueco, aunque de vez en cuando me pongo un rato y expulso algo cual huevo de gallina con lo que después suelo hacer tortilla (mi especialidad).

Jorge no se ha portado bien conmigo esta entrada de verano y, aunque todas estas cosas suelen ser un escape para mí, a veces se me ha hecho cuesta arriba cargar con todo. Lo único bueno es que mi enfermedad me ataca el intestino, no la cabeza, con lo que siempre tengo mucho tiempo para pensar. Y tengo confianza en que una buena organización puede compensar poco a poco la falta de medios y manos: con tiento, pero ya he empezado a poner cosas en el calendario de 2016…

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¡Hola!

Soy Diana y estoy empeñada en hacer el ave fénix en Internet. Me he mudado tantas veces de dirección en la red que ni lo recuerdo, pero es que han pasado muchos años. Como todos, he saltado con pasión de blog en blog, de lista de correo en lista de correo, de foro en foro, hasta que me han entrado ganas de sentar un poco la cabeza.

Este blog va a ser una mezcla de cosas actuales y antiguas. Hablaré de cosas que escribo y publico, de Café con Leche, de narrativa literaria y audiovisual, me quejaré de la industria y de vez en cuando rescataré alguna entrada vieja de rainmichael.com o incluso de estrambotica.com. No me identifico con la persona que publicaba en esos blogs (sobre todo en Estrambótica, ¡qué jovencita y qué arrogante era!), pero puede que haya contenido que merezca la pena revivir. No descarto que alguna adolescente rabiosa se sienta identificada. 🙂

No tengo ninguna intención más que dejarme llevar. Si os interesan más unos temas que otros, decídmelo e iré orientando esta página en uno u otro sentido. De todas formas, aviso: lo mismo me da un aire y en unos años esto se ha convertido en un webcomic o una tienda de camisetas, pero admitidlo, en el fondo os gusta esa sensación de peligro constante conmigo. TÍO, QUÉ FLIPADA ESTO DE VIVIR AL LÍMITE.

Buenos días.

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