El eurodance de los 90

Vamos con otra publicación mamarracha y nostálgica para ilustrar la época en la que está situada Un pavo rosa.

Probablemente se recuerden los años 90 como una época musical ecléctica en la que despegaron estilos tan opuestos como la música electrónica, el hip-hop comercial, el pop de las boybands, el desert rock de Foo Fighters o el grunge de Nirvana y sus continuaciones. Cada una de estas cosas daría para una entrada sabrosísima, pero hoy me quiero centrar en lo que se llamó «eurodance» o «dance europeo» y que hoy vuelve a tener cierta pegada bajo el nombre camuflado de «música disco de los 90».

El eurodance no tiene mucho que ver con la música disco de los 70 u 80. Era una extraña mezcla de estilos house, bases techno y vocales pop que se hizo increíblemente popular allá por la década de los 90. En muchos locales ocupaba el lugar de lo que después sería la «pachanga» y quizá posteriormente el reggaetón. Aunque podemos rastrear sus inicios desde casi finales de los 80, no llegó a ser conocido por el gran público hasta mediados de los 90, cuando llegó al culmen de su popularidad.

Muchas de estas canciones se basaban en la fórmula de base de máquina + chico rapeando + chica en el estribillo, que normalmente se repetía hasta causar perforación de meninges o efecto hipnosis en los cerebros tiernos como los de Álex, Nick y sus amigos. Por algo reinaba en las discotecas con público joven.

La denominación de «euro» es porque fue un estilo que, pese al desconocimiento del gran público, se producía sobre todo en los países nórdicos y la vieja Europa. No exagero: casi todos los grupos que podáis recordar de este palo eran europeos. Muchos estaban incluso formados por integrantes de varias nacionalidades, como el grupo danés-noruego Aqua (responsables del éxito Barbie Girl) o los Vengaboys (Boom Boom Boom Boom, Up & Down). Detrás de ellos había astutos productores alemanes, belgas o suecos que se esforzaban por llevar los temas de las pistas de baile a las radiofórmulas. Y vaya si lo consiguieron…

El eurodance se hizo mainstream con canciones como Bailando, de los belgas Paradisio (a lo mejor la conocéis por la versión de Astrud), o el sorprendente éxito Saturday Night, de la danesa Whigfield. Este último fue un vídeo producido con cuatro perras para una cantante que ya tenía unos años. Nadie esperaba que fuera a convertirse en la canción de moda para niños y mayores y que todo el mundo se aprendería el famoso bailecito, que después sirvió de inspiración para temas como Aserejé.

El eurodance importaba de todos sus estilos y de su reino más vasto, las discotecas, unas letras cargadas de alegría (más bien éxtasis) y de sexualidad explosiva. Y a pesar de ser tan machista como cualquier otro, muchos de sus temas tenían ese toque de que era imposible tomárselos en serio, por lo que en ocasiones surgían éxitos que desafiaban lo normativo sin que nadie se diera cuenta de ello. Como muestra, la canción Shut Up And Sleep With Me, de los alemanes Sin With Sebastian, que si fuera más gay habría sido el tema principal de algún Orgullo.

I love your body
Not so much I like your mind
In fact you’re boring
Pretending not being of my kind
You keep on talking of some girl that I don’t know
When will you shut up and when will we go

Aunque casi todo el eurodance se produjo y escribió en inglés (en ocasiones inglés de Cuenca o de Turín, pero inglés después de todo), hubo algunos cantantes o DJs que se hicieron famosos con letras en otros idiomas. Por ejemplo, el alemán Sash! tenía por costumbre grabar cada tema en un idioma: Ecuador en español, Mysterious Times en inglés, La primavera en italiano y Encore une fois en francés. Y eso solo fueron unos pocos…

A partir de 1997, la popularidad del eurodance fue declinando progresivamente y se metamorfoseó en otros géneros, pero artistas del calibre de Fatboy Slim, Kate Ryan, Katy Perry o la mismísima Lady Gaga hunden sus raíces en este tipo de música, si bien en muchos casos han evolucionado con los tiempos.

Hoy día me pasa a menudo que entro en un sitio y me quedo a cuadros: «¿Están poniendo eurodance de los 90?». ¡No! La música dance de hoy día, con Avicii o David Guetta, ha vuelto a un punto en el que se parece bastante a lo que había entonces. Más elaborado, más digital, con menos máquina, pero el concepto es parecido: voz melódica sobre música electrónica bailable. No es un mal punto de partida.

A todo esto, si tenéis un local y queréis organizar una fiesta de los 90 con este tipo de música, antes que organizar un aborto vil que acabe no teniendo nada que ver con los años noventa (como me ha ocurrido en la mayoría de fiestas de este tipo a las que he asistido), me podéis pedir consejo. Pese a todo, algunos todavía le tenemos respeto a nuestra adolescencia.

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