El anunciado crowdfunding se retrasa

Tenía escrito en mi calendario que el lunes, 9 de noviembre, empezaba el crowdfunding para la novela de piratas con la que llevo unos meses dándoos el coñazo. Me habréis visto sorprendentemente callada al respecto. ¿Qué quiere decir esto?

  1. Que mi vida NDDUP (no-delante-de-una-pantalla) es actualmente bastante loca. Voy a cambiarme de casa y es la primera vez que voy a amueblar un piso casi desde cero. La idea original era pagar menos de alquiler (aunque vivir en Barcelona es caro de por sí) y tener más espacio para nuestras cosas y las de la editorial, aunque el efecto “ahorro” solo se verá al cabo de unos… meses… años, me temo. (Nunca he vivido más de seis años en la misma casa, y nunca más de tres en la última década. Alguna vez me gustaría probarlo.)
  2. Que mi vida DDUP (delante-de-una-pantalla) también lo es, aunque ahora mismo el único resultado visible sea el libro de las licántropas de Café con Leche. 🙂 He estado ocupada con mi trabajo alimenticio y con otros temas con los que no os voy a aburrir, pero que tienen que ver con planes de empresa más ambiciosos. Por otra parte, estoy pendiente de ver si finalmente se materializan un par de colaboraciones muy interesantes con otras editoriales.

Por todo ello, y como podéis imaginar, voy a posponer una vez más el prometido crowdfunding. Lo siento de veras. Soy consciente de que es un poco gratuito: la novela ya está escrita y corregida (aquí cuento las vicisitudes al respecto), la cubierta finalizada y Sara ha terminado por fin las ilustraciones del interior, pero ahora mismo las dos estamos hasta arriba de trabajo y yo no me veo con fuerzas para estar pintando una casa nueva, promocionando un libro de licántropas, yendo y viniendo del IKEA y además gestionando un crowdfunding.

Sé que hay gente sobrehumana que está haciendo todo eso y además un NaNo, pero yo prefiero coger fuerzas y hacerlo cuando estemos más instalados y consolidados. Lo cual significa, supongo… febrero. Porque en diciembre todo el mundo está de fiestas y en enero llega una tremenda cuesta en la que nadie tiene nunca un chavo.

A esas alturas, quien no se haya olvidado de la existencia de esta novela erótica ya no recordará ni mi nombre, pero no os preocupéis, que ya me encargaré yo de dar la chapa al respecto. Y con suerte, habrá también otras cosas que os llamen la atención. Por ejemplo, vamos a abrir una nueva colección en Café con Leche y quiero poner algunas cosas gratis antes de fin de año. Con un poco de suerte, a lo mejor sumáis dos más dos y decís “¡ah, sí, esta era la loca que tenía esa novela guarrona sobre las piratas!”.

Pues eso. Esta loca se retira, pero solo a su cueva. Aquí seguimos, siempre al pie del cañón.

There’s no business like show business.

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¡Sí, mi capitana! Capítulos 1-5

Con un poco de retraso, porque quería añadir también las versiones para libro electrónico, aquí os presento el extracto de ¡Sí, mi capitana!: La leyenda del monstruo marino. 🙂

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¡Sí, mi capitana! es una novela escrita por Diana Gutiérrez e ilustrada por Sara Pérez, publicada en 2016 por la editorial Café con Leche. Podéis comprar el libro completo aquí. La historia está inspirada en la historia real de las mujeres piratas Anne Bonny y Mary Read.

Lo que sigue son los cinco primeros capítulos. No me hago responsable de lo que pueda ocurrir si los lees en el trabajo o si esperas una dulce historia romántica con los mares del Caribe como fondo. Aquí se cortan miembros, se bebe ron hasta perder el sentido y a las muchachas malas (y a los muchachos, y al resto) se las engancha del collar a una pata de la cama.

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Portada y noticias frescas de piratas

Tachán, tachán… Esta es la cubierta terminada de P’REZ del libro ¡Sí, mi capitana! ¿A que ha quedado genial? <3

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Por supuesto, esta cubierta incluye portada, contraportada, lomo y solapas, por lo que la edición física del libro será un verdadero lujazo. Aquí un detalle para que podáis apreciar mejor el trazo y la expresión de las piratas. Me encanta la cara de Mary 😉

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Y ahora un par de noticias 😀

En primer lugar, no me gusta retrasar fechas, pero es innegable: vamos a tener que posponer el crowdfunding un par de meses. Todavía quedan cosas que preparar (*vídeosCOFCOF*), las imprentas están de vacaciones y yo estoy sumergida en la lectura de muchos relatos de licántropas.

En segundo lugar, hay un cambio de ilustradora en el proyecto: Faye (Monsters’ Waltz) no se encargará finalmente de las ilustraciones del interior. En su lugar se ocupará también de ellas Sara Pérez (sí, la misma P’REZ de la portada). Ya hemos comenzado a esbozarlas, pero vamos un poco retrasadas respecto al calendario inicial, así que habrá que tener paciencia. :/

En tercer lugar…

En tercer lugar, la semana que viene subiré los primeros capítulos de la novela, para que podáis echarles un vistazo. Están ya corregidos por mi querida María Gay, traductora y correctora profesional, y salvo error u omisión son como quedarán en el libro. Por supuesto, vendrán con escena porno incluida, porque menuda tontería sería vender una novela erótica sin que podáis echarle un ojo siquiera a mi forma de abordar el tema. Espero que os divierta y que no sea demasiado (ni demasiado poco).

Un salido saludo.

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Sobre la novela esa de piratas (II)

Como ya comenté en la primera parte de esta entrada, tenemos a Diana muy fané y descangayada con una novela erótica entre las manos nacida del ron y el no ver el mundo exterior durante varios meses. Una novela que era un poco demasiado porno para una editorial centrada en romance LGBT, un poco demasiado lésbica para una colección erótica habitual y un poco demasiado guasona para una línea histórica. Sabía que tenía potencial, porque al fin y al cabo la fórmula había convencido a los editores de la anterior colección, pero me venían a la cabeza las portadas de esa y otras colecciones eróticas y no estaba cómoda. Sabía que mi producto se apartaba de esa línea y, sin embargo, estaba mucho más cerca de lo que podría ser la oferta de Ediciones Babylon: un texto multierótico de esencia friki que se lee mejor apoyado por ilustraciones.

Y al fin y al cabo, no tenía yo una minieditorial para nada. Así que me dije: aprovecha esta oportunidad, publica un libro que crees que merece la pena publicar y así descubres cómo es montar un crowdfunding y trabajar mano a mano con una imprenta local. Además, seamos sinceros: tú nos sales más barata que nadie, perra.

Comencé a buscar ilustradores que quisieran participar en el proyecto. Al principio, pensé en reclutar a tres, porque mis amigos ilustradores andan siempre HASTA ARRIBA DE CURRO y es difícil retenerlos durante mucho tiempo. Sin embargo, aquello demostró sobre el papel no solo ser más complicado para todos (comunicarse lleva mucho tiempo y los proyectos creativos requieren una comunicación muy estrecha), sino económicamente inviable. Como una artista se desmarcó por motivos del hastarribismo antes comentado, acordé con las otras una solución salomónica: una se ocuparía de la ilustración de cubierta (a color), y la otra, de las ilustraciones del interior (en blanco y negro).

¿Quiénes eran estas ilustradoras? La primera, Sara Pérez, a quien conocía de oídas a través de Rocío Vega (que participó en Cuando calienta el sol) y de su webcómic Chrysalis. Me gustaba su forma de dar expresividad a los personajes y creía que su estilo había evolucionado muchísimo desde los inicios. Cuando contacté con ella, me alegró que conociera ya la historia de Mary Read y Anne Bonny y que tuviera ganas de leer más sobre ellas: ¡eso significaba que estábamos en la misma onda!

La otra ilustradora era Faye, a quien no conocía de nada, pero me llamaba mucho la atención su mundo loco de mujeres con orejas largas, oscuros secretos y posturas a lo Milo Manara en sus dos webcómics. Me puse en contacto con ella a través de Gurrupurru. Faye no conocía la historia, pero… TETAS Y PIRATAS. Para ella eso ya era un aliciente. Lo que quería decir que, una vez más, parecía que estábamos en la misma onda. 😉

Consideré otras opciones, pero el hecho de que Faye y P’rez fueran comiqueras y que las dos se sintieran cómodas dibujando escenas sugerentes o eróticas era importante para mí. Quería que entendieran la novela y que les gustara lo que iban a dibujar. Aunque yo vaya por la vida como si todo el mundo dibujara, escribiera o consumiera distintos tipos de porno, me he topado con personas que no me han vuelto a mirar igual desde que he sacado el tema. No quería trabajar con alguien que viese lo que hacíamos como algo oscuro y sórdido.

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Una vez las cosas comenzaron a marchar con las ilustradoras, había que detallar más la campaña de crowdfunding y sus recompensas. Los números son una mierda, pero en buena parte se reducen a solicitar presupuestos y comparar las distintas ofertas. El problema era que, a poco que me descuidara, cambiaba una celda en Excel y la cantidad mínima del crowdfunding pegaba una subida astronómica. He tenido que hacer más recortes que los gobiernos europeos en los últimos años. Yo quería un libro en tapa dura. ¡JA, JA, TAPA DURA DICE!… Vale, tapa dura no, pensemos en rústica. Y un póster de tamaño… ¡JA, JA! ¿DE QUÉ TAMAÑO?… Venga, va. Más pequeño. Y los gastos de envío. Dios, los muy terribles gastos de envío. Por si no fuera bastante el dolor de manipular cada libro uno a uno, viene esto a recordarte que mucho «pero si hoy vivimos en un mundo digital» y hostias, pero las cosas todavía hay que llevarlas de un sitio a otro en camión o en barco. Y eso cuesta dinero.

Por suerte existen los stretch goals. He intentado mantener el objetivo del crowdfunding dentro de lo razonable y todo lo que me encantaría añadir, pero no puedo, ha ido a stretch goals: será lo que haremos si superamos una determinada cantidad de dinero. En realidad, no es tanto: una vez conseguido el objetivo, solo hay que vigilar que aumente proporcionalmente la tirada. Curiosamente, hay una recompensa que ha llamado mucho la atención y que por eso me he esforzado por mantener: el espectáculo erótico de piratas con cena y fiesta. Lo cual demuestra que incluso entre la gente más lectora, estas cosas… mira, que yo equivoqué el oficio, ya lo sé.

El eslabón más débil del crowdfunding es quizás el «bueno, ¿y esto a quién se lo cuento y por qué va a importarle?». Como todo el mundo sabe, yo estoy medianamente dotada para la escritura y vergonzosamente infradotada para las labores de comunicación y ventas, aunque poco a poco voy mejorando (lo segundo). Ya tengo una lista de contactos y un plan de comunicación para todas las semanas. Sé que de esto podría depender el éxito o el fracaso de la campaña: sí, muchos seréis mis conocidos, otros los de Faye, otros los de P’rez, algún alma caritativa se paseará por la plataforma y otro despistado tropezará en el botón de poner dinero; pero el éxito masivo depende del público que no conocemos y de la ayuda que nos den los grandes difusores de contenido. Así que soy consciente de que tengo que quitarme la vergüenza y echarle morro. Y toda la ayuda que nos podáis echar vosotros en este sentido, propuestas, sugerencias, etc., también es increíblemente valiosa.

La fecha prevista de inicio del crowdfunding piratil es el 7 de septiembre de 2015 el 9 de noviembre de 2015 (actualización). Apuntadla bien en el calendario. A partir de ahí, todo es posible. Me veréis muy atareada durante treinta o cuarenta días, pero si sacamos esto adelante, tendremos una experiencia valiosísima y un producto que merece la pena. Lo bueno de estas cosas es que la segunda vez siempre es más fácil, y la tercera más fácil aún. Café con Leche podría valerse de más crowdfundings para sacar otros libros que de otra forma nos costaría demasiado editar. Y al final, de eso va nuestro proyecto literario.

Gracias por adelantado. 🙂

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Sobre la novela esa de piratas (I)

Ahora que ya hemos anunciado «¡Sí, mi capitana!» en Café con Leche, me puedo quitar la gorra de editora entusiasta y volver a ponerme el sombrero de escritora chunga y errática, que es lo que soy.

La historia detrás de esta novela es curiosa. Un día estaba yo recuperándome de una cirugía en casa de mi madre y recibí un mensaje de una agente literaria. Se había leído algunos textos míos, le habían gustado y me preguntaba si tenía material para una novela que formaría parte de una colección erótica.

Ni corta ni perezosa, le compilé en pocos días un libro de relatos acerca de las chicas de Gaylands (que algún fan acérrimo conocerá) con una historia que hacía de hilo conductor y se lo pasé. El resultado fue mixto. La coordinadora de la colección consideró que era una propuesta muy bien escrita y que tenía su aquel, pero que le faltaba un poco de erotismo para lo que buscaban en este caso. La agente me lo tradujo: querían menos literatura y más sexo.

Ante la tesitura de modificar la novela que ya tenía, agarré el portátil, me bajé al bar y me pedí un barril de ron (vale, quizás fueran solo varios cócteles de ron). Pensé: sexo, entretenimiento, acción, aventuras…, piratas. Y me puse a escribir algo totalmente distinto. Hacía mucho tiempo que buscaba un libro sobre la famosa historia de Mary Read y Anne Bonny. Porque parecerá mentira, pero no hay. Está Lobas de mar, de Zoé Valdés, pero es bastante flojucho particular y poco satisfactorio. Está Lady Pirata, de Mireille Calmel, pero le sobran escenas típicas de «oh, mirad: una mujer pirata en un mundo de hombres» y le falta bollerío. El que más entretenido me resultó fue The Sublime and Spirited Voyage of Original Sin, que es una comedia, pero no está traducido al español y ni siquiera va de esos personajes, solo se inspira en ellos.

Yo tomé la historia «real» de estos piratas solo como base. Necesitaba, como me habían dicho, más sexo y más acción (lo que no me impidió ir a varias bibliotecas en busca de bibliografía y sorprenderme ante lo avanzados que los piratas estaban en algunas cosas). Así, Mary se convirtió en una estereotípica joven inglesa secuestrada por los malvados y lujuriosos piratas Anne Bonny y Jack Rackham. Pero como a mí me sale el ramalazo friki como a otros la pluma, comenzaron a haber rebeliones de esclavas sometidas, disfraces furry en el barco de los piratas, una balandra de marineros gays y un homenaje muy sentido al autor de La caza del snark (que da la casualidad de que también es el autor de uno de mis libros de referencia, Alicia en el país de las maravillas). En suma: hice lo que me dio la gana y me divertí de lo lindo. La mayor parte del tiempo, borracha.

Estuve viviendo y respirando piratas durante un par de meses y después le entregué la novela completa a la agente. Ya le había pasado más o menos la mitad y los coordinadores de la colección habían dado un SÍ rotundo a mi nueva propuesta. 🙂 Todo iba sobre ruedas, pero…

Con mucho tacto, la agente me dio malas noticias: el proyecto de la colección había quedado aparcado. 🙁

Me decepcionó un poco, pero no me molesté. El mundo editorial está muy apurado y a menudo los editores trabajan en proyectos que luego no salen adelante (con su consiguiente enfado). Además, al fin y al cabo, esto me había servido para emborracharme escribir otra novela. Para mí lo difícil no es escribir novelas, sino encontrar el momento y el canal adecuado para ellas.

Al cabo de varios meses, todo seguía igual y no había trazas de que el proyecto avanzara, por lo que pensé que tenía sentido buscar otros métodos de publicación. Me apena no formar parte de esa colección, que tenía una buena distribución y una propuesta interesante, pero la vida es larga y el porno es de esas cosas que nunca se acaban. A cambio, y considerando la experiencia que habíamos tenido con el libro Cuando calienta el sol, pensé en la oportunidad de probar por primera vez un crowdfunding y de controlar otros aspectos de la edición del libro, cosa que también me tentaba. Y en mi opinión, un libro de este tipo llamaba a ser ilustrado.

(Continuará…)

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